¿TIENEN SOLUCIÓN LOS JUANETES?

16.03.2018

El hallux abductus valgus (HAV) conocido generalmente como juanete cuyo nombre procede de la antigua (y errónea) creencia de que en los pueblos la gente padecía más esta deformidad. Al ser Juan un nombre muy común en el ámbito rural, nombraron a ésta molestia juanete.

El HAV es una protuberancia ósea localizada en la cabeza del primer metatarsiano que se proyecta hacia medial, dando lugar al bunio, el bulto por todos conocido. A esta afectación se le asocia una desviación en valgo del primer dedo lo que acaba invadiendo el espacio de los dedos vecinos causando a su vez otros trastornos.

Existen varios tipos de tratamientos para ésta afección y todas estarán indicadas en función de las molestias asociadas que padezca el paciente. Un dato importante es que los juanetes no se corrigen de ninguna manera mediante tratamientos conservadores, éste tipo de tratamientos se indican para paliar la sintomatología asociada a la propia deformidad, bien para descargar los metatarsianos centrales que pueden padecer sobrecargas mediante plantillas a medida, para alinear el dedo cuando la desviación es flexible con una ortesis a medida de silicona, etc. Éste tipo de tratamientos suelen ser los de elección, ya que la única alternativa existente es la vía quirúrgica, recomendada cuando el dolor es intenso y los tratamientos conservadores resultan insuficientes para controlar la clínica.

Existen diversas técnicas quirúrgicas para abordar ésta deformidad, por cirugía abierta o por mínima incisión. Lo recomendable es recurrir a esta solución cuando no queda más remedio, ya que, aunque lo normal es que todo se solvente correctamente, el procedimiento no está exento de posibles efectos secundarios como experimentar un menor rango articular en la zona intervenida, parestesias, etc. o complicaciones posteriores como la recidiva de la deformidad.

Cada caso hay que valorarlo de manera completamente individual, de nada sirve que tengamos un conocido que esté encantado con el tratamiento sea conservador o quirúrgico, o por el contrario, que tenga una opinión negativa por una mala experiencia, ante la duda y especialmente ante el trastorno propio de la deformidad, lo mejor es acudir a un podólogo para recibir de primera mano la valoración e información que precise.

16 marzo, 2018 EL BLOG DEL PODÓLOGO ICPCV

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